sábado, 2 de enero de 2010

¿Donde estas que no te siento?

Es increíble como una enfermedad física puede afectar tanto lo psicológico. La musa se me ha ido porque pensó que tenia la fiebre porcina y no se quería enfermar. Y ahora no encuentro como unir mis ideas para que hagan sentido y poderlas transmitir al teclado de la computadora para compartir con otros. Las neuronas solo me dan para jugar o para tener conversaciones sencillas con fantasmas del pasado sobre otros fantasmas que comparten la misma época.

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